La historia de la Triton suelta en la playa

La historia que les quiero contar hoy es muy importante para mí. Significa mucho más que los hechos en sí, sino que representan un sueño hecho realidad.

Nos vamos a remontar un poco para atrás, allí por el mes de Febrero del 2012. Tradicionalmente, mejor dicho, religiosamente (ahora sí me gustó); los meses del verano los usamos con mi viejo para pescar en el mar. Desde muy chico me enseñó ese oficio tan complicado que es la práctica de este deporte en el mar.

Corrían esos días de pesca donde nosotros todavía contábamos con la siempre querida y nunca olvidada Japonesa (la historia de la Japo la puedo dejar para otra ocasión si les interesa). El día que nos convoca es una jornada de viento oeste a 25 km/h, temperatura al rededor de los 32 grados centígrados, poca humedad y... en otras palabras, ideal para pescar. Salimos tempranito de casa allá por Las Toninas, y nos fuimos derechito al famoso y legendario Querandí. El Querandí se caracteriza por ser una zona de playa con canaletas muy profundas bien cercanas a la costa.

El día se mostró muy rendidor con muy buenas capturas, aunque esto no es lo que nos interesa. Como sabrán los conocedores de la zona, son más de 25 kilómetros que se transitan sobre arena desde Mar Azul al Faro. Los cuales pueden llegar a estar muy bravos dependiendo del clima que haya imperado durante los días posteriores. La Japonesa se había bancado la ida muy bien, cargada hasta con los perros, con aire acondicionado y demás, apenas si levantaba poco más de la mitad de temperatura. Lo cierto es que, hay que reconocerlo, no se podían hacer las mismas cosas con esa camioneta que las que se hacen hoy en día con los motores más modernos. Aun así, a uno le alcanza y le sobra en más de una ocasión.

Durante la retirada debido a la vieja y querida Sudestada (los días de viento oeste en el mar son siempre los más propicios para que se de una rotación del viento al sector sudeste y ahí se pone jodido), ya llegando casi a la salida hacia Mar Azul vimos algo nos llamó la atención. Me permito transcribir la conversación.

No es matar a la Japonesa, no me malentiendan. Era una señora camioneta, sólo que en la arena necesitaba unos neumáticos más apropiados. Además era siempre antes que se saliese a la ruta, bajarse y girar los cubos que a veces se ponían duros por más que los lubricaras bien y los hubieses desarmado antes de viajar. Me cansé de sacar gente con esa chata, de hecho escribí una historia al respecto, pero hoy al lado de la Triton es la hermana menor (como es esperado, obviamente).

Mi viejo, viajante de comercio. Después de la época de "el innombrable" donde cerró la fábrica donde él era gerente, la luchó muchísimo para tratar de ganarse la vida. Tuvimos que vender la casa donde estábamos y que se había construido ladrillo a ladrillo, para tapar deudas de emprendimientos que habían salido mal. La situación del país tampoco acompañaba allá por 2001, así que fue bastante duro nuestro pasado como el de muchos argentinos. Por suerte si hay algo por lo que son célebres las personas nacidas allá por el 50 y décadas linderas, es por su convicción. Fue así que nunca dejando de intentar, de a poco la cosa fue poníendose mejor. Encontró un negocio vendiendo accesorios y repuestos de camiones, primero comisionista, después comisionista para algunos más, más tarde compraba a algún proveedor para vender él... hasta llegar a casa de repuestos propia en el interior. Esa forma de reinventarse siempre, es muy clásica de la gente de esa época... algo admirable.

La cosa que volvemos al presente, los traigo al mes de Marzo de 2012. Terminaron las vacaciones. Haciendo números, más números, analizando que había algo para vender, un dinero sobrante, y que pum y que pam... la cosa que empezamos a mirar en internet precios de camionetas. Digo camionetas pero soy amplio, empezamos a mirar Mitsubishi señores, acá nunca se pisó ningún otro concesionario. Primero mirando la web descubrimos las dos versiones en nuestro mercado de la Triton. La cosa era llegar, jaja. Como le pasa a la mayoría. Había para elegir la 2.5 DID o la 3.2 DID (siempre pensando en la nueva generación). El problema tenía varias aristas, la primera era desprenderse de el primer gran sueño de mi viejo que fue la 4x4. El hecho de tener una 4x4 y entrar al lugar donde el siempre soñó, y le gustó estar lo fascinaba. Te hacía ir a 10 al lado de la orilla con la chata mientras miraba caracoles. Y POBRE DE VOS SI NO PARABAS, CAMPEÓN. El segundo detalle, era el tema del dólar. Ya por ese mes aparecían los primeros quilombos grosos con el azúl y el precio de los vehículos y a qué cotización te lo tomaban, y toda esa salsa. Las personas me acuerdo que llegaban a pedir más por una Triton tailandesa al cambio blue que lo que pedían las concesionarias por una unidad brasilera nueva 0 km. Y bueno, el tercero era tomar coraje y hacer a tiempo entre vender los autos y que el dólar se mantuviera sino nos quedábamos sin el pan y sin la torta.

Fuimos a ver varias unidades usadas, con precios cercanos a los 200.000 pesos (salado). Hasta que un día, mi viejo ve por internet un concesionario de Mitsubishi y llama y pregunta, bien a lo guapo, "qué me sale una cero che?". No, no fue tan así, para nada. Llamó preguntando por una usada, y le contó lo que nos pedían por las que vimos. El vendedor le dijo que no se justificaba, que por 20.000 pesos más se llevaba una nueva. Mi viejo saltó de la silla, yo me estaba bañando, me acuerdo. Cayó a la puerta del baño, "CHÉ HERNÁN, SABÉS LO QUE SALE UNA NUEVA?". Y ahí me contó toda la historia. La cosa que se nos complicaba bastante ya llegar a las 200... vendimos la chata en 78, y teníamos el auto en venta pero jamás nos lo compraron y nos lo tomaban por dos pesos además que si permutábamos por la nueva unidad, el precio se iba más arriba de ese 220 mil. Mi vieja, a todo esto, estaba que no quería saber nada con números tan grandes. Se complicaba mucho, sin dudas. Los días pasaron, discusiones mediante, se analizaron varias opciones. Préstamo mediante, camioneta vendida y ahorros enteros invertidos... depositamos la plata. Ya estaba... ¿se acuerdan de esa conversación de antes que les puse?. No me olvido más, Triton gris plata entrando a la playa de Mar Azul.

El día que nos compran la Japonesa nos fuimos de raje al concesionario, señamos la chata y elegimos el color. ¿Nos entendemos no?... pasamos de mirarla entrar hace unos meses, a señarla en el concesionario. Una cosa impensada. Mi familia a lo largo del tiempo tuvo muy pocos autos cero kilómetro, el último había sido en el 98 con un Astra alemán. Y, además, significaba el auto más caro que mi viejo se había comprado en su vida... el premio de sus 59 años de trabajo. ¿Qué mejor sensación que esa?. Todavía anhelo experimentarla, aunque me falta jaja.

Junio de 2012, nos llaman que la camioneta finalmente está lista para la entrega. Yo tenía que rendir una materia imposible en la facultad me acuerdo, no podía faltar una clase que el profesor te lo echaba en cara. Lamentablemente no pude ir a la entrega, pero nunca me voy a olvidar el momento en que llegué a casa y vi ese monstruo dentro del portón. Las fotos al día siguiente no tardaron de aparecer en el foro, jaja. Ni tampoco del día cuando la recibimos con la cúpula puesta (infaltable para llevar a los perros a pescar).

Ahora nos vamos ahí por Noviembre de 2012. había terminado de cursar mi último año, por lo que pudimos finalmente hacer la escapada soñada para el gran debut en los médanos. De ahí son las fotos que publiqué ayer. Previo a esto, está la historia que les comenté del día que hicimos el Test Drive de la Outlander, justo habíamos aprovechado ese día también para comprar la eslinga y los grilletes. Ahora, como seguía esto... ah sí: éramos dos nenes con un chiche nuevo recorriendo la arena. De hecho, no hicimos más que llegar, bajar los bolsos, y el ALCA, EL ALCA AL CARAJO, nos fuimos derecho a los médanos que están entre Las Toninas y San Clemente. Lo bueno duró poco, había que volver a cumplir las obligaciones acá en Bs. As., me recibí, cumplimos con los pedidos de los clientes y allá por el 21 de Enero de 2013 pudimos despegar para la costa.

Ustedes se preguntarán... qué habrá hecho la Triton mientras no pescaba. Básicamente, la Tritón sacaba gente y subía médanos. ¿Qué rescatamos?. Una Sprinter (posta), una Captiva y una Hilux (la competencia, touché).

La Sprinter la sacó mi viejo un día que se levantó temprano y se fue a recorrer el mar, de esa no tuve nada que ver. Solo sé que el pobre tipo de la camioneta estaba cagado hasta las patas y pensando que el jefe lo iba a recagar a pedos. La cosa que cuando lo desencajó, el tipo le dijo "Gracias Mitsubishi, de la que me sacaste!!". Ya está, eso le pagó todo y la alegría le duro el día entero.

La Captiva fue otra cosa diferente, ahí estuve yo. ¿Qué le pasó?. Esta versión tenía 4x4 inteligente, es decir, se acopla la doble tracción cuando la computadora registra que el terreno lo amerita, sino anda en tracción simple. La cosa que yo estaba jugando con mi perra, y en eso veo que el tipo de la Captiva venía... ¿vieron cuando ves a una chata que la viene sufriendo la arena?... bueno este estaba agonizando. Claro, miro mejor... las ruedas traseras no le traccionaban casi, sólo giraban las delanteras. No tardó en quedarse. Mendocino era, pobre tipo, iba camino a Pinamar por la playa pero menos mal que se quedó cerca de alguien porque son como 30 kilómetros. La cosa que... hay dos cosas en el mundo que te solucionan problemas. Una es la tarjeta de crédito, y la otra es la baja de Triton. Arrancado de la arena salió, y si quería lo colgaba del Faro. Obviamente no le gustó ni un poquito cuando le dije que no era tan 4x4 como pensaba la Captiva, pero me agradeció el rescate.

Finalmente llegamos a la Hilux. La cosa que mientras volvemos por la playa hasta agarrar el camino que te lleva para la ruta en Médanos. En una de esas, ya de noche... me cruzo a una Toyota con una rueda en el aire y la trompa hundida. No, al único lugar que se podía ir era al medio del mar cuando subiera la marea. La cosa que paso por al lado, y mi viejo me dice "ese está encajado, pegate la vuelta". Cuando el jefe manda, los de abajo obedecen. Pegué la vuelta y me paro al lado del tipo:

H: Buenas tardes, ¿te saco?.
T: ¿Vos me vas a sacar?
H: Sí, te saco.
T: ¿Y con qué me vas a sacar?
H: Con la eslinga
T: ¿Estás seguro? Bueno, dale.

La Hilux costó, estaba bien enterrada y encima la arena estaba muy floja lo cual me daba pésima tracción. Hubo que bajar las STR (sí, viene con STR de fábrica) a 15, baja acoplada y buscar el torque justo. La cosa que finalmente lo saco, y en eso pasa una Amarok por la costa. El pastel de la Amarok, como la gran mayoría de los boludos que van por la orilla cuando hay gente, se enganchó con la caña de pescar del tipo de la Hilux y el posacaña le rompió parte del frente. Una vez que hubo terminado con ese pequeño incidente, viene y me dice:

T: La verdad que no sé como agradecerte, yo ya había llamado al auxilio para que me viniera a sacar... lo estaba esperando.
H: No pasa nada, no hay por qué.
T: No, sí que pasa, sabés que me querían cobrar 600 mangos para sacarme.

En eso cae el Unimog (parecido), con 3 monos arriba preparados para sacar la camioneta y pagarse el asado del finde. Por desgracia se tuvieron que volver por donde vinieron. Por si se preguntan, no, no le cobramos nada. Estas cosas se hacen de onda, porque si a vos te pasa vos querrías que te hicieran lo mismo. Eso sí, nos prometió unas entradas para Temaikén que nunca aparecieron hasta hoy pero.. ¿quién te saca el gustito de rescatar a la competencia?.

Ya llegando al final de esta historia, les comento que el pasado 31 de marzo mi viejo despegó para el cielo, y desde arriba está hinchando por Mitsubishi. Siempre hasta el último momento dijo cuanto le gustaba andar en la chata, que no había nada más lindo. Creo que estoy empezando a entenderlo. Las cosas que me parecen importantes de estas líneas son por un lado esa visión del primer diálogo que les reconstruí cuando ví la Triton gris; y por último esa actitud de nunca perder la esperanza y pasar de perder la casa a lograr tu sueño.

Este es mi recuerdo público que pienso que a ustedes les puede interesar. Gracias por leerme.