Amor entre distintas clases sociales: así arranca todo, si la novela es berreta, no hay chances de que este tip no exista, se cree que es 100% infalible. El personaje millonario se enamora del pobre o viceversa y por ese motivo, familiares y amigos no quieren que estén juntos. Seguramente luego pase que, por esas casualidades de la vida, como linaje familiar oculto, suerte en la lotería, herencia remota, deuda insostenible, transferencia de fondos dudosa o cualquier otra berreteada imposible, muten las clases sociales e igual se amen. Como auto de chanta… muy flojo de papeles.
Escena de atropello: viene la actriz principal, tan mona y elegante, siempre vestida como una perra infernal aún para ir a comprar medio kilo de camote. Aparece palomeando, mirando el cielo… cuando de repente se le viene encima un auto sedán con vidrios polarizados a todo lo que da. El motivo es fijo: o la quieren matar o la quieren secuestrar. Bueno… nada. Justo en ese momento andaba por ahí el enamorado, también papando moscas (no haciendo cosas de gente normal) y sale corriendo, vuela por los aires como un Superman sin capa, le hace un takle mundial y la salva de los malosos. A todo esto los malos ni se paran, como si no llevasen armas o fuesen veinte monos sobre el auto para cagar a piñas al facherito, que en vez de estar hecho percha del golpe contra el asfalto, está más lindo que nunca, a los besos y arrumacos en el medio de la calle.
Amigo de los buenos bien choto y enamorado de otra chota: el o los buenos son unos dioses griegos. Pero el amigo fiel es un espantoso espantapájaros, feo y nabo. Generalmente lelo, lento e inmaduro. Tiene un corazón enorme, pero es un choto bárbaro, no lo pueden sacar ni a la esquina y los hace quedar a todos como el orto en todo momento. También es fija que la tenga que poner con alguien, y ese “alguien” es una nami igual de boluda que él. Ñoña y fea.
Mariquita absurda y ridiculizada: no entiendo como un organismo tan prestigioso como INADI puede gastar plata y tiempo con unos giles como nosotros por decir “puto”, “teta”, “culo”, “caca” o hablar en doble sentido del machismo y feminismo y no hace absolutamente nada cuando en una de estas novelas (producida por empresarios millonarios) se cansan de usar personajes gay ultra ridículos y absurdos. Como si ser gay es sinónimo de ser una mariposa pelotuda, estar vestido como un tarado, hablar como afeminado, actuar como un boludo y minimizar el género a puntos vergonzosos. Los gays de verdad no andan vestidos como payasos idiotas por la vida, emanando feminismo y gesticulando exageradamente, esos son los de estas novelas. Generalmente ese mariquita es amigo de todos los buenos, pero ni pincha ni corta.
Hijo extramatrimonial no reconocido / Embarazo no esperado: en el mejor momento del romance entre los personajes principales, cuando ya está todo bien, cuando se vieron, se enamoraron, se besaron, se acostaron, se pelearon con sus otras parejas, se decidieron a pasar toda la vida juntos, tener hijos, vivir felices y comer pizza en La Palmera, ¡chan! Aparece un hijo del pasado o una ex noviecita embarazada… y ambas son una mentira de una enfermiza enamorada y despechada o de un cagador compulsivo. Luego descubren que era una falacia y aparecen una que otra pelotudez previa al final.
Típica vieja pelotuda: es como el amigo choto, no puede faltar una vieja boluda a la que le falten un par de ladrillos, que desvaríe, que tenga más números para el cotolengo que para la quiniela y que se harte de hablar taradeces y hacer chistes malísimos. La vieja esta sumida en una parafernalia de barrio y le chorrea grasa.
Galán vestido de modelo todo el día: generalmente tienen trabajos re biorsis, no es que pretenda desprestigiar a un mecánico, a un bombero, a un herrero, a un plomero, a un gasista, a un sodero, a un albañil, o a cualquiera de esas personas que tienen un oficio respetable, rentable y honroso; pero de ahí a andar vestidos de camisas Armani blanca y pantalones de jean Levis para arreglar un Rastrojero o cambiar un cuerito… ¡es demasiado! Los chotos están vestidos de punta en blanco hasta cuando se van a jugar una fóbal con los vagos. Es una mentira detestable y trucha.
Pérdida de la memoria de algún personaje: en el momento cuando justo se esté por demostrar la verdad de la milanesa, el portador de la luz perderá la memoria. Generalmente por caerse de la escalera (sin quebrarse un hueso), por chocar, por una golpiza o por una pastilla diabólica. No se acordará de nada, salvo alguno que otro personaje tierno e intrascendente (como el choto o el maricotas).
Escena donde se ve un engaño, pero en realidad es una despedida: los dos personajes principales ya sortearon casi todos sus males (esto es previo al tip del embarazo porque es menos embarazoso), están en la época color de rosas, donde seguramente él le acaba de cortar a la “gorriada”. Entonces, cuando esa “gorriada” se está dando una especie de beso de despedida con su amado, para que él después le diga “¡basta! Se acabo todo entre nosotros dos, ahora estoy enamorado de otra, fue lindo mientras duró”, es cuando lo va a ver la pobre mina entusiasmada y va a irse corriendo desesperada por la calle sin terminar de ver la escena. Probablemente en este punto la atropellen y la dejen inválida un par de semanas o pierda la memoria o la salve otro galán que generará pica con el otro chaboncito. Demasiado obvio.
Balazo que no mata: en la vida real por robarte una bici te meten un balazo en la mano y perdes la vida, pero en las novelas la bala siempre pasa por un espacio milimétrico entre el corazón, los pulmones, el diafragma y las costillas y no le hace absolutamente nada más que una llaguita. ¿No pueden obviar este siniestro en vez de bizarrearlo de ese modo? Las balas matas, duelen y dejan secuelas. En las novelas no, obvio.